lunes, 9 de marzo de 2009

Te digo

He tenido que aprender que los films de Clint Eastwood hay que ir a verlos el mismo día del estreno, y si es posible en la primera sesión. Y esto es porque en los medios de comunicación abunda el aficionado a la crítica de cine, que al final resulta ser una cabronazo que se dedica a contarte el argumento de la película y, si puede, reventártela hasta el final. Aun así, antes del estreno tengo que ir cambiando el canal de la televisión cada vez que pasan los trailers, que también en los últimos años se han convertido en revienta-argumentos. En vez de cumplir la función que debería tener el trailer, que es la de sugerir, intrigar y despertar el interés a través de las imágenes justas, la música y alguna palabra, se ha convertido en un resumen de la película, que en muchas ocasiones, al desvelarte tantos detalles, consigue que pierdas todo interés en ir a verla. Por suerte, en el cine, como siempre voy a v.o. subtitulada, con bajar la cabeza tengo suficiente, porque sin la ayuda de los subtítulos no soy capaz de llegar a entender mucho más que cosas como : - what a hell! o fuck you, motherfucker!

La cuestión es que este fin de semana estrenaron "Gran Torino", el último film de Clint, y le envié un sms a un amigo para ver si quería verla también. Me contestó que no podía ese día y que probablemente iría el fin de semana siguiente. Y acababa el mensaje diciendo: "Id a verla y me decís". Pues bien, te digo.

Me lo pasé muy bien y me reí bastante. Clint interpreta un personaje que es una mezcla de muchos otros que ya ha interpretado en otros films, dirigidos o no por él mismo. Por eso, si eres fan de Clint, como yo, creo que no te decepcionará. Y lo mejor de todo es que, leyendo algunas de sus entrevistas, compruebas que en esos personajes hay algo de él mismo y que son esas aristas las que le han hecho tan atractivo para muchos de nosotros.

Y acabaré diciendo que, si un día soy millonaria, me compraré un Gran Torino del 72. O del 71, o del 73, me da igual. He estado echando un vistazo a coches de esos años y la verdad es que me encantan. Entre ellos está el modelo que usaban en "Starsky & Hutch", un Ford Torino del 74, que tantas veces vi de pequeña y que llegué a dibujar en mi primer album.

¡Ay!, ¡qué fantasías animadas!





http://www.starskytorino.com/


4 comentarios:

Toni Herrero dijo...

Hola Imma,

Me doy por respondido y dicho... yo tampoco soporto los trailers que te cuentas la pelicula entera, son horrorosos.
Si puedo escaparme de esta espiral de trabajo que me absorbe me apunto a ver Gran Torino, porque Clint lleva una coleccion de peliculones en los ultimos tiempos, espectacular.
Y poder ver a Harry Calahan jubilado rodeado de inmigrantes orientales no tiene precio...
Mitico el coche de Starky y Hutch!

Saludos.

Cabezatrueno dijo...

Es una película excelente, de las de verdad. Es incomprensible que haya gañanes por ahí diciendo que es un Eastwood "menor", porque es una de sus mejores películas. De ésas que te dejan huella y te las llevas contigo al salir del cine y meses después aún la sigues recordando. Y eso es por la tremenda emoción que transmite, que va siguiendo una progresión a lo largo de la película. El final -que no voy a reventar, no temáis- es épico y terrible a la vez.

Como dices, el personaje de Clint recuerda a muchos otros que ha interpretado a lo largo de su carrera. El más obvio es Harry Callahan, aunque mucho más viejo y, sobre todo, consciente de lo viejo que es. Eso lo conecta, creo yo, con William Munny, de Sin perdón. Y los escupitajos que va soltando por donde pasa son una clara referencia a Josey Wales, de El fuera de la ley. Entiendo la peli como un homenaje y a la vez un requiem por todos ellos.

Saluditos :)

algonquina dijo...

Lo has clavado, Cabezatrueno: un homenaje y un requiem a la vez por todos ellos.

Gracias por tu aportación, como siempre tan acertada ;)

algonquina dijo...

Toni, cuando me saque el carné de conducir, que será si todo va como debería hacia el año que viene, me compraré alguna chatarra apañada, lo pintaré de rojo y le meteré una franja blanca a los lados. Y ¡hala!, ¡a flipar por la carretera!. Y más si tiene "radio-cassette" y le meto cintas de "funky molón".